Como suele pasar hoy en día, es complicado encontrar proyectos originales ya que se suele aplicar el dicho «ya está todo inventado«. En el mundo de los videojuegos esto es bastante habitual y más en géneros que llevan muchos años en nuestros monitores. Los simuladores de ciudades o city builders están viviendo una nueva hornada desde hace años, con varios títulos centrándose en la época medieval. City Tales Medieval Era no reinventa la rueda pero sí que ofrece un par de ideas que ha adoptado de varios títulos y que nos da un nuevo giro de tuerca bastante interesante.
City Tales se encuentra en estos momentos en Early Access, por lo que todavía tiene mucho más que ofrecer con el paso del tiempo. Sin embargo, a tenor de lo que hemos visto hasta ahora, los amantes de los juegos relajantes están de enhorabuena.

El título de Irregular Shapes nos ofrece una experiencia pausada donde deberemos gobernar nuestro propio condado. De esta manera se inicia una aventura donde por ahora no podremos escoger demasiado en materia de dificultad. Con el tiempo el estudio ya ha dicho que va a implementar alguna cosilla más pero por ahora es un juego más relajante que otra cosa, algo que le sienta como un guante.
Lo más notorio de sus mecánicas, algo poco habitual en el género, es la manera de construir la ciudad. Tendremos que iniciar nuestra andadura creando barrios donde los lugareños crearán sus casas. Estos barrios serán el lugar donde pondremos ciertas construcciones para mejorar su comodidad y así ir avanzando en la historia e ir mejorando poco a poco los edificios. Obviamente hay puntos de dificultad añadidos como no poder construir más de dos mejoras de comodidad por barrio, o que su área de influencia esté limitada.

El título tiene un ritmo pausado y, al menos de momento, es totalmente pacifista. No tendremos que luchar contra animales, ni bandidos ni otras facciones, habiendo una total falta de edificios militares. La guerra que se suele ver en el género es la de los recursos pero esto es algo que en City Tales se ha llevado a la mínima expresión. Prácticamente no se gastan y me explico: recogeremos madera, piedras, arena… y necesitaremos esos recursos para construir, así como tener ciertas comodidades con tipos de alimentos, ropa y demás para que los ciudadanos mejoren. Sin embargo, estos ciudadanos no consumirán habitualmente los recursos, sino que todo es un pago único.
De esta manera, si queremos mejorar la casa de nivel 1 a 2 tendremos que ofrecerles un par de recursos y comodidades (como un pozo o un mercado básico), pero una vez mejorada no volverán a consumir ninguno de esos recursos. Esto hace que el juego nos permita explorar más libremente y sin ningún estrés la forma en la que se construye.

Esto no quiere decir que no haya dificultad alguna. Donde residen los mayores quebraderos de cabeza es en la fabricación. El número de aldeanos que podrán trabajar es realmente reducido teniendo ocho a nuestra disposición en una ciudad de casi 2.000 habitantes. ¿Cómo se soluciona el problema de la mano de obra? Pues con la automatización de los edificios.
Cada trabajador podrá ganar experiencia en un tipo de trabajo y con ello también lo hará el edificio en cuestión. Así, lo primero que desbloquearemos es que el edificio trabaje el solo sin ningún trabajador. A mayores, cuando tenemos un auténtico experto en la materia, por ejemplo recolecta, el edificio también podrá mejorar hasta el nivel dorado, lo que le ofrecerá una mejora extra (por ejemplo un 50% más de producción por ciclo). Con el paso del tiempo conseguiremos algún trabajador extra. Principalmente haciendo las misiones de la historia, pero no es que vayamos a sacar un gran número de ellos de todas todas.

En un principio puede ser un poquito lioso pero la verdad es que el tutorial del juego lo explica bastante bien. Con el tiempo y el movimiento de los trabajadores, no cuesta mucho conseguir las especializaciones necesarias para tener una ciudad perfectamente autónoma y con mucho que ofrecer. En ese sentido, la materia prima que más dolores de cabeza nos ha dado es el oro, y es que es el recurso más escaso. Casi todos los edificios piden una cierta cantidad y solo se consigue mejorando los edificios de los ciudadanos, y solo una vez por mejora. Esto hace que sea un poquito más complicado pero nada que no se pueda resolver fácilmente la verdad. La dificultad, no está entre sus puntos fuertes, estando pensado como una experiencia relajante principalmente.
Conclusiones de City Tales
El juego de Irregular Shapes se ha centrado en una experiencia relajante en el mundo de los city builder. No ofrece una gran cantidad de gestión de los edificios ni una alta dificultad, pero nos ha parecido particularmente divertido. Las mecánicas de los barrios, la forma de ir dando forma a la gran urbe que se puede desarrollar y el pasar de las horas casi sin que nos demos cuenta nos parece todo un acierto. Todavía está en formato Early Access y muchas cosas pueden cambiar, pero la base de City Tales ya nos parece para que sea un título a tener en cuenta. Si a eso le añadimos su bajo precio, 19,99€ sin descuento, poco más se le puede pedir por ahora.